En un artículo anterior hablábamos acerca de las populares dietas detox. Las industrias alimentaria y farmacéutica lanzan a menudo campañas de productos desintoxicantes, depurativos, purificadores y/o adelgazantes como zumos y batidos verdes que prometen resultados «mágicos», y de los que, como tales, debemos desconfiar.
Pese a lo que traten de vendernos, los batidos verdes no sirven para desintoxicar, pero sí son una excelente forma de aprovechar los beneficios de las verduras. Eso sí, nos referimos a batidos naturales, elaborados por nosotros mismos. En este nuevo post te contamos lo que debes saber sobre las verduras y te proponemos tres batidos verdes que puedes preparar fácilmente en casa como opción para aumentar su consumo.
¿Por qué comer más «verde»?
Las verduras, en la mayoría de ocasiones sinónimo de vegetales, son hortalizas en las que predomina el color verde. Si bien también se consideran verduras otras partes comestibles de la planta: hojas —como lechugas o espinacas—, tallos —puerros o espárragos—, semillas (legumbres) —judías y guisantes—, raíces —zanahorias o rábanos—, tubérculos —patatas y boniatos—, bulbos —cebolla y ajos—, inflorescencias (flores) —coliflor, brócoli y alcachofas—, frutos —tomates o pepinos— y rizomas —jengibre—.
Como hemos mencionado, el color dominante en las verduras es el verde, conferido por un pigmento natural: la clorofila. No obstante, en ellas se dan otra serie de colores o tonalidades que nos indican la presencia de alguna sustancia característica. Por ejemplo, los carotenoides son responsables de las tonalidades amarilla y naranja, y la antocianina, de los colores rojo y azul.
Aunque el contenido en nutrientes puede variar considerablemente de unas a otras, las verduras suponen por lo general un aporte sustancial de vitaminas —folato, A, C y K— y minerales —calcio, magnesio y potasio—. Un tercer aporte importante es la fibra, que las convierte en excelentes prebióticos para el cuidado de la microbiota; aquellas fermentadas como el chucrut, el kimchi o los encurtidos actúan como probióticos.
Otra poderosa razón por la que comer verduras es la presencia en ellas de polifenoles, dentro de los cuales los más frecuentes son los flavonoides. Los polifenoles son un grupo de sustancias químicas presentes en las plantas y cuya principal función es su defensa, es decir, conferirles resistencia y protegerlas frente a la fotooxidación de la luz ultravioleta o el herbivorismo, además de la atracción de animales polinizadores mediante el color u olor de la planta o sus flores. Estos están siendo objeto de estudio debido a sus valiosas funciones metabólicas; poseen propiedades antimicrobianas, anticancerígenas, disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas, entre otras cualidades.
Además de la anteriormente conocida función antioxidante de los polifenoles, eliminando los radicales libres excesivos y dañinos, hay pruebas recientes de sus efectos antioxidantes indirectos, mediante la inducción de enzimas protectoras endógenas, lo que se traduce en el aumento de las defensas. En este estudio se resumen los conocimientos sobre dichos efectos antioxidantes, así como sobre los neuroprotectores o los reguladores del metabolismo energético y la salud intestinal.
3 batidos verdes y cómo prepararlos
Puedes consumir verduras en ensalada, en sopas, cremas o purés, en tortilla, etc. Los batidos verdes son una más de las múltiples opciones, sobre todo si eres una persona poco «amante de lo verde» o simplemente no dispones de tiempo para cocinarlas de otro modo. Te mostramos tres posibles combinaciones:
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Batido 100 % verde
Una parte de agua y otra parte de alguna/s verdura/s de hoja verde: espinacas, kale o col rizada, endivias, rúcula, canónigos, etc. Una buena combinación es espinacas y aguacate. Este último aportará consistencia a nuestro batido verde.
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Batido verde con fruta
Realizamos la misma mezcla anterior —una parte de agua y una parte de una verdura de nuestra elección—, pero en este caso añadimos una pieza de fruta: manzana, plátano, kiwi, etc.
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Batido verde con semillas y especias
Para hacer nuestro batido verde —cualquiera de los anteriores— aún más completo, puedes añadirle semillas de chía y alguna especia o condimento como canela, jengibre o cúrcuma.
También es posible, en lugar de agua como tal, emplear agua de coco o bebida de almendras. Para lograr un batido verde más consistente, añade una cucharada de aceite de coco o un poco de crema de almendras. En todos ellos puedes servirte de algún endulzante como miel o dátiles. En caso de tomar como comida única, por ejemplo en el desayuno, puedes agregar yogur, kéfir o proteína de suero.
Como primera opción, te recomendamos consumir verduras frescas, en crudo, esto es, en ensaladas y como acompañamiento de tus platos.
No obstante, los batidos verdes son una buena alternativa y su contenido nutricional (gran cantidad de micronutrientes y pocas calorías) es superior al de los zumos de frutas; en estos, al exprimir la fruta, consumimos todo el azúcar y eliminamos la fibra. En cambio, las verduras contienen muy pocos azúcares y carbohidratos, de los que gran parte son fibra que continuará presente una vez batidas estas.
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