Se la solía confundir con la lepra por la similitud de sus lesiones. La psoriasis es una de las enfermedades inflamatorias de la piel más comunes junto con la dermatitis, la rosácea y el acné. El resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales.
En este artículo vemos: qué es la psoriasis, los tipos de psoriasis, causas y cómo los probióticos así como otros sencillos hábitos pueden ayudar a prevenir, aliviar e incluso curar esta afección dermatológica. Que, aunque afecta a un porcentaje pequeño de la población mundial, en torno al 3-4 %*, puede ser bastante problemática y producir complicaciones graves.
*Fuente.
¿Qué es? Tipos de psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de lesiones escamosas en manos, codos, piernas, rodillas, abdomen, espalda y cuero cabelludo.
Se produce hiperqueratosis, un engrosamiento de la epidermis, y acumulación de leucocitos (glóbulos blancos).
En función de la forma y estructura de las lesiones psoriásicas, se distinguen:
- Psoriasis ungueal: psoriasis de las uñas, que suele marcar el inicio de la enfermedad.
- Psoriasis vulgar o en placas: la más habitual, con placas eritematosas de uno a varios centímetros.
- Psoriasis en gotas o eruptiva: pequeños puntos en forma de gotas en el tronco.
- Psoriasis eritrodérmica: lesiones en más del 90 % de la superficie corporal acompañadas de fiebre.
- Psoriasis pustulosa generalizada o psoriasis de Von Zumbusch: las placas se transforman en pequeñas pústulas con pus.
- Psoriasis pustulosa localizada: lesiones en las palmas de las manos y los pies, talones y uñas, con posible pérdida de estas últimas.
- Psoriasis lineal: las lesiones se disponen en línea.
- Psoriasis invertida o de pliegues: placas de color rojo intenso en los grandes pliegues de la piel (axilas, mamas, ombligo, ingles y glúteos).
- Psoriasis del cuero cabelludo.
¿Por qué se produce? Causas de la psoriasis
La psoriasis es una enfermedad de origen autoinmune, es decir, la causa el propio sistema inmunitario. Este, que normalmente es protector, se convierte en agresor atacando y destruyendo tejido sano.
Puede ser hereditaria. O bien estar desencadenada —o agravada— por alguno o por varios de estos factores:
- Factores dietéticos: las personas con psoriasis a menudo muestran hábitos alimentarios inadecuados, como una mayor ingesta de grasas saturadas y una menor ingesta de pescado o fibras dietéticas (estudio). Hábitos que desembocan en disbiosis de la microbiota intestinal —de lo que hablaremos enseguida— y que pueden estar relacionados con la incidencia y gravedad de la enfermedad. Los ácidos grasos saturados, los azúcares simples, el gluten o el alcohol exacerban la psoriasis (revisión reciente).
- Factores endocrinos (hormonales): se da una mayor incidencia en la pubertad y la menopausia.
- Infecciones por bacterias (entre ellas, Staphylococcus aureus), virus (papilomavirus, retrovirus, VIH) u hongos (como Candida albicans).
- Traumatismos: rasguños, cortes, quemaduras, etc.
- Fármacos: AINE (antiinflamatorios no esteroideos), IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina), sales de litio, betabloqueantes o antimaláricos.
- Estrés.
- Climas fríos.
En cualquier caso, la psoriasis no es contagiosa.
Las complicaciones de la psoriasis
La psoriasis se asocia con frecuencia con varios trastornos (comorbilidades; estudio, revisión), incluyendo:
- Artritis psoriásica, afección inflamatoria de las articulaciones, una de las principales comorbilidades.
- Trastornos pustulosos.
Así como con un riesgo mayor de —como consecuencia de la inflamación crónica—:
- Obesidad y síndrome metabólico.
- Resistencia a la insulina y diabetes.
- Dislipidemia.
- Hipertensión.
- Enfermedad cardiovascular.
- Enfermedades inflamatorias intestinales (EII) autoinmunes (celiaquía, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa).
Por lo que, tal como se especifica en esta revisión de estudios, «La psoriasis, con sus comorbilidades, debe abordarse de manera multidisciplinar para comprender, manejar y tratar de manera efectiva e integral a las personas con este complejo trastorno».
El papel (protagonista) de la dieta en la psoriasis
Como venimos viendo en el blog de ProKey, en muchos trastornos, ya sean intestinales, dermatológicos o de otra naturaleza, la mala alimentación puede ser el detonante o raíz del problema. O al menos un agravante.
En la psoriasis no es distinto: la nutrición es un factor clave para el desarrollo y progreso de la enfermedad (revisión, estudio).
Antes hemos visto aquellos factores y hábitos dietéticos que la desencadenan o empeoran. Por el contrario, los ácidos grasos poliinsaturados, la vitamina D, la vitamina B12, las fibras dietéticas, los ácidos grasos de cadena corta, la genisteína (isoflavona con potente actividad antiinflamatoria abundante en la soja; artículo), el selenio o los probióticos mejoran la psoriasis y/o sus comorbilidades.
Lo hacen, entre otros mecanismos, suprimiendo las vías inflamatorias (secreción de citocinas proinflamatorias).
Citocinas proinflamatorias: TNF-α, factor de necrosis tumoral α; IL-23, interleucina 23; IL-17, interleucina 17. SFAs, ácidos grasos saturados; n-3 PUFAs, ácidos grasos poliinsaturados n-3; SCFAs, ácidos grasos de cadena corta; MI, infarto de miocardio; IBDs, enfermedades inflamatorias intestinales. Fuente.
¿Cómo ayudan los probióticos? Eje intestino-piel
Además de los efectos locales sobre el tracto gastrointestinal, la flora o microbiota del intestino ejerce efectos sobre otros órganos y tejidos, como la piel. A esto lo llamamos eje intestino-piel.
Hace un tiempo hablamos también del eje intestino-cerebro: post, post.
De hecho una microbiota intestinal alterada —disbiosis— se asocia con trastornos inflamatorios crónicos de la piel. No solo los más habituales: psoriasis, dermatitis atópica, rosácea y acné vulgar; patologías cutáneas menos comunes pero muy graves, por ejemplo, el eritema nudoso, el pioderma gangrenoso o la hidrosadenitis supurativa, podrían estar también relacionadas con una composición alterada de la microbiota (revisión).
Así pues, más allá del intestino y las EII, al modular la microbiota intestinal los probióticos pueden ayudar asimismo a tratar y prevenir las enfermedades dermatológicas, incluida la psoriasis. También los prebióticos y simbióticos (mezcla de pro y prebióticos; post) (revisión sistemática).
Estos han mostrado resultados prometedores: revisión reciente, estudio, caso de éxito de Psoriasis pustular.
Los probióticos «tienen el potencial de tratar la psoriasis y otras enfermedades de la piel a través de su efecto sobre las comunidades microbianas intestinales, con bajo riesgo de efectos adversos», concluía la presente revisión. Y esta otra añadía que «Además de mejorar el curso de la psoriasis, la modulación selectiva de la microbiota [por medio de la administración de probióticos] puede aumentar la eficacia de los tratamientos médicos y atenuar sus efectos secundarios».
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Se relacionan asimismo con una mejora de la psoriasis:
- La hidratación. Con todo, el punto de partida para tratar la psoriasis suele ser el tratamiento tópico: emolientes, corticoides tópicos, retinoides o derivados de la vitamina A y vitamina D, entre otros (revisión).
En casos de psoriasis leve —cuando la superficie corporal afectada es inferior al 25 %— se recomienda la hidratación tanto interna, bebiendo abundante agua, como externa, usando cremas hidratantes; especialmente aquellas con ingredientes naturales como el própolis o el aceite de rosa mosqueta, que reducen e incluso eliminan los signos de la enfermedad (estudio).
Cremas hidratantes naturales como estas de la marca Propol-mel.
- No tapar las lesiones psoriásicas, dejarlas al aire.
- Los climas cálidos.
- La exposición moderada al sol (vitamina D y acción antiinflamatoria de los rayos UV).
- Los baños en el mar, por las propiedades de la sal marina para la piel.
Escrito por Elisabeth Lahoz
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