¿Pueden los probióticos ayudar a combatir el sobrepeso?

Las bacterias participan en la digestión, por lo que alteraciones en su proporción explicarían por qué unos individuos son más propensos que otros a coger peso. Además, experimentos recientes han demostrado que esta es distinta en personas delgadas y personas con sobrepeso, y que la abundancia de ciertos microbios está relacionada con la obesidad.

Modificar la microbiota intestinal mediante el uso de probióticos se convierte así en un medio para tratar el sobrepeso y la obesidad. Te lo explicamos, comenzando por un cálculo muy sencillito.

¿pueden por probióticos ayudar con la obesidad?

¿Tengo sobrepeso? Calculando mi IMC

El sobrepeso es el incremento del peso corporal por encima de un patrón definido. ¿Cómo sé si tengo sobrepeso? El modo de averiguarlo es calculando tu índice de masa corporal.

El IMC o índice de Quetelet, en alusión a la persona que lo ideó, el matemático belga Adolphe Quetelet, es una fórmula o razón matemática que asocia la masa (en kilogramos) y la estatura (metros). Se calcula así:

IMC=masa/estatura²

También puedes hacer el cálculo IMC en la web de la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) o usar la calculadora de IMC de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Son solo dos ejemplos, introduce «cálculo IMC» en Google y encontrarás más.

En términos generales y para adultos (mujeres y hombres) mayores de 18 años, si tu IMC es igual o algo superior a 25, tienes sobrepeso o eres preobeso. En otras palabras, tu peso está por encima del «ideal». Vamos, que te sobran unos kilitos, sin intención de ofender.

¿Preobesidad u obesidad? Cuestión de peso

Cosa distinta es la obesidad, una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo. Forma parte del síndrome metabólico y es resultado de alteraciones en la regulación de la ingesta, gasto y almacenamiento de energía. Una persona se considera obesa cuando su IMC es igual o superior a 30 kg/m2.

Si bien ambas condiciones, sobrepeso y en mayor medida obesidad, pueden conllevar el aumento de la presión arterial, el colesterol y la diabetes, todos ellos factores a su vez de riesgo cardiovascular.

¿Ayudan los probióticos a combatir el sobrepeso y la obesidad?

En la actualidad se estudia el rol de las bacterias que pueblan nuestro tracto digestivo en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad. Estas, mediante sus actividades metabólicas, facilitan la extracción de calorías de los alimentos y ayudan a almacenarlas en el tejido adiposo para su uso posterior. Como se recoge en esta publicación de CME Medical, «las bacterias intestinales alteran la forma en que almacenamos grasa y cómo respondemos a las hormonas que nos hacen sentir llenos o hambrientos» (publicación).

Generalmente, estos microorganismos nos benefician al convertir los alimentos ingeridos en nutrientes y energía. Pero su alteración, las alteraciones de la microbiota intestinal y de su microbioma (genes), se asocian con el sobrepeso, y una «combinación de microbios incorrecta» puede preparar el escenario para la obesidad.

En nuestro tracto digestivo hay dos grupos de bacterias: Bacteroidetes y Firmicutes. Pues bien, un grupo de investigadores del Washington University School of Medicine en St. Louis, liderado por el biólogo Jeffrey I. Gordon, encontraron que en las personas obesas existe una abundancia relativa de las segundas, que motivan una absorción elevada de energía (publicación en The New York Times Magazine).

La abundante presencia de Firmicutes en la flora intestinal se relaciona, por lo tanto, con la obesidad. Aunque aún no está del todo claro si este desbalance es causa o consecuencia de la enfermedad. Según este estudio, «la obesidad afecta la diversidad de la microbiota intestinal y sugiere que la manipulación intencional de la estructura de la comunidad puede ser útil para regular el equilibrio energético en individuos obesos» (revisión).

Estudios más recientes señalan a la arquea Methanobrevibacter smithii como posible responsable. Altas poblaciones de Mbr. smithii se asocian con la producción de más metano y otros gases en el aliento, lo que a su vez se asocia con un mayor IMC y porcentaje de grasa corporal (estudio, publicación).

Los investigadores tratan, pues, de hallar fórmulas que promuevan bacterias beneficiosas al tiempo que suprimen las dañinas. Es importante una dieta que excluya en lo posible los alimentos procesados o ultraprocesados e incluya muchas verduras y frutas frescas y alimentos fermentados, probióticos, como el yogur, el kéfir o el chucrut.

También beber bastante agua, que además de mantenernos hidratados nos ayuda a eliminar toxinas. Los zumos o batidos verdes son otra buena opción de hidratación, pues aseguran el aporte de nutrientes.

En definitiva, los hallazgos actuales apuntan a que el sobrepeso y la obesidad tienen un componente microbiano. Por lo que restaurar nuestra microbiota intestinal a través de los probióticos puede ayudarnos a mantener un peso saludable.

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